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MARTÍN LUTHER KING

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Martín Luther King (1929-1968), nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta (Georgia) y murió asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis (Tennessee).
Se graduó en Sociología (1948) en Morehouse College del Bachelor of Arts y en 1951 en el Crozer Theological Seminary del Bachelor of Divinity.
Pastor protestante de una iglesia de Montgomery (Alabama). Adherido a la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) - organización estadounidense para conseguir y defender los derechos civiles de los negros -, inició una nueva forma de lucha para la integración racial: el boicot de los servicios públicos segregados. El éxito alcanzado en Montgomery entre (1955-1956) le dio fama nacional.
En 1957 fundó la Southern Christian Leadership Conference, de tendencia moderada. Después de un viaje a la India en 1959, quedando impresionado por el recuerdo de Gandhi, apoyó en 1960 la creación del Student Non Violent Coordinanting Committee (SNCC). Organizó grandes campañas pro derechos civiles, que culminaron con la 'Marcha sobre Washington' (28 de agosto de 1963), donde pronunció su célebre discurso 'I have a dream' (Tengo un sueño). Detenido varias veces, en 1964 recibió el Premio Nobel de la Paz.
Desde 1965, su política pacifista le apartó de los radicales del SNCC, pero su ruptura con la administración Johonson, al denunciar el 'genocidio' en Vietnam, le hizo entrar en conflicto con los dirigentes negros más moderados. Murió asesinado (4 de abril de 1968) por James Earl Ray.
En 1986 en Estados Unidos se creó un Día Nacional en su honor, celebrado el tercer lunes de enero de cada año. Por primera vez, el 18 de enero de 1993, el 'Día de Martín Luther King' fue establecido oficialmente en los cincuenta estados de EE.UU.

Martín Luther King (1929-1968), pastor protestante estadounidense. Nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta (Georgia) y murió asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis (Tennessee). Se graduó en Sociología (1948) en Morehouse College del Bachelor of Arts y en 1951 en el Crozer Theological Seminary del Bachelor of Divinity. Pastor de una iglesia de Montgomery (Alabama). Adherido a la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) - organización estadounidense para conseguir y defender los derechos civiles de los negros -, inició una nueva forma de lucha para la integración racial: el boicot de los servicios públicos segregados. El éxito alcanzado en Montgomery entre (1955-1956) le dio fama nacional. En 1957 fundó la Southern Christian Leadership Conference, de tendencia moderada. Después de un viaje a la India en 1959, quedando impresionado por el recuerdo de Gandhi, apoyó en 1960 la creación del Student Non Violent Coordinanting Committee (SNCC). Organizó grandes campañas pro derechos civiles, que culminaron con la 'Marcha sobre Washington' (28 de agosto de 1963), donde pronunció su célebre discurso 'I have a dream' (Tengo un sueño). Detenido varias veces, en 1964 recibió el Premio Nobel de la Paz. Desde 1965, su política pacifista le apartó de los radicales del SNCC, pero su ruptura con la administración Johonson, al denunciar el 'genocidio' en Vietnam, le hizo entrar en conflicto con los dirigentes negros más moderados. Murió asesinado (4 de abril de 1968) por James Earl Ray. En 1986 en Estados Unidos se creó un Día Nacional en su honor, celebrado el tercer lunes de enero de cada año. Por primera vez, el 18 de enero de 1993, el 'Día de Martín Luther King' fue establecido oficialmente en los cincuenta estados de EE.UU - Portal Fuenterrebollo

I HAVE A DREAM   'Tengo un Sueño'

Estoy feliz de unirme con ustedes, hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace años, un gran americano, ante cuya simbólica sombra nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este transcendental decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros, quemados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio. Pero, cien años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro aún no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Y así, hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, venimos a la capital de nuestro país para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de la Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense sería heredero. Este documento era la promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de 'Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad'.

En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos a creer que no hay fondos en las grandes bóvedas de oportunidad de esta nación. Por eso hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos llenará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de la justicia.

También hemos venido a este lugar para recordar a Estados Unidos la urgencia impetuosa de ahora. Este no es el momento para llegar al lujo de enfriarse o de tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el momento de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el momento de levantar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para los hijos de Dios.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita desahogarse y ya se sentirá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado camino de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma. Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra, no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia delante. No podemos volver atrás.

Hay quienes que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: '¿Cuándo quedarán satisfechos?'
Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: 'Solamente para blancos'. No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Misisipí no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como una poderosa corriente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, sabiendo que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada. No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo, afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Sueño que un día en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos propietarios de esclavos, se puedan sentar juntos en la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Mississipi, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador que escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros; un día se convierta en un sitio donde los niños negros y niñas negras sean capaces de unir sus manos con niños blancos y niñas blancas, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios escarpados serán nivelados y los sitios sinuosos serán enderezados, y la gloria del Señor será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regreso al Sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la cárcel juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los hijos de Dios podrán cantar con un nuevo significado: 'Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen que repique la libertad'. Y si Estados Unidos ha de ser una gran nación, esto tendrá que hacerse realidad.

Entonces, ¡que repique la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire!. ¡Que repique la libertad desde las grandes montañas de Nueva York!. ¡Que repique la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! ¡Dejen repicar la libertad desde los picos nevados de Colorado!. ¡Dejen repicar la libertad desde las sinuosas pendientes de California!. ¡Dejen picar la libertad desde la Montañas de Piedra de Georgia!. ¡Dejen repicar la libertad desde la Montaña Lookout de Tennessee!. ¡Que repique la libertad desde cada colina y cada montaña de Mississipi!. Desde cada costado de la montaña, que repique la libertad.

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos repicar la libertad, cuando la dejemos repicar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: '¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!'

Discurso leído por Martín Luther King en las gradas de Lincoln Memorial.  Washington, DC    28 de agosto de 1963

Reino de Nápoles
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Venecia y el Véneto
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Roma Imperial - Ciudad de Vaticano
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Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.

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