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MONASTERIO DEL PARRAL - MARQUESADO VILLENA

& Don Juan Pacheco 'I Marqués de Villena', casado con doña María de Portocarrero, Maestre de la Orden de Santiago, valido de Enrique IV, al salir victorioso de un desafió en las inmediaciones de la pequeña ermita de Santa María del Parral prometió erigir allí mismo una Iglesia.

Aunque la idea nació de don Juan Pacheco, el verdadero fundador fue don Enrique entonces Príncipe de Asturias, más tarde Enrique IV.

La Capilla mayor de la Iglesia no se terminó en vida de don Juan Pacheco, siendo en la de su hijo, don Diego López de Pacheco. Los escudos de armas del II Marqués de Villena y de su mujer, doña Juana Enríquez, se encuentran por todas las partes de la Iglesia.

En la Capilla mayor de la Iglesia del Monasterio de El Parral se conservan los sepulcros de don Juan Pacheco y doña María de Portocarrero, a la derecha e izquierda, respectivamente. Aunque no se conserva el sepulcro de don Diego López Pacheco, si se conservan otros, como el de su hermana, doña Beatriz de Pacheco 'Condesa de Medellín', o el del IV Marqués de Villena.

& Don Diego López Pacheco 'II Marqués de Villena', casado con doña Juana Enríquez, partidario de Juana 'La Beltraneja' primero y de Felipe 'El Hermoso' después, perdió todos los lugares del marquesado que se alzaron contra los Reyes Católicos. Nunca volvió a recuperarlos, aunque se le permitió ostentar el título honorífico de Marqués de Villena.

El 28 de febrero de 1480, en la escritura de capitulación del II Marqués de Villena, Mayordomo Mayor y del Consejo de Reyes, se cedía a la Corona prácticamente todo el Señorío, entre otros: las Villas de Villena, Almansa, Ves, Sax, Truijllo, Utiel, Hellín, Chinchilla, Albacete, Yecla, Tobarra, Sax, Villanueva de la Jara, Iniesta, Ves, La Roda, San Clemente, La Motilla, El Peral, Barchín, Gabaldón, Villarobledo, Lezuza, Munera, El Bonillo, Villanueva de la Fuente; con poblaciones de Murcia, Alicante y Valencia.

II Marqués Villena - Reyes Católicos 

El rey castellano-leonés Juan II (1406-1454) en 1440 entregaba Segovia a su hijo don Enrique 'Príncipe de Asturias', quien, al haberse criado en ella, siempre sintió gran afecto por la ciudad, a la que favoreció con privilegios, dejando grandes obras arquitectónicas: El Monasterio de Santa María del Parral, Convento de San Antonio el Real, e importantes obras en el Alcázar y el Palacio Real de San Martín.

La fundación del Monasterio de Santa María del Parral se debe al Príncipe de Asturias, más tarde Enrique IV 'El Impotente', reconociendo que la idea nació de don Juan Pacheco 'I Marqués de Villena', que al salir victorioso de un desafío tras invocar la protección de la Virgen en el lugar donde se encontraba la pequeña ermita de Santa María del Parral, prometió erigir allí mismo una iglesia.

En 1301, la reina doña María de Molina, esposa del rey castellano-leonés Sancho IV 'El Bravo', había donado al cabildo catedralicio el parral y los huertos que estaban junto a la pequeña ermita de Santa María, así como cierta cantidad de dinero para los trabajos que fuera necesario hacer.

Como la ermita de Santa María y sus alrededores eran propiedad del cabildo catedralicio, el príncipe don Enrique propuso al cabildo su venta. Finalmente, el 7 de diciembre de 1447, el secretario del príncipe, don Alonso González de la Hoz, entregaba al cabildo la cantidad de diez mil maravedís, al tiempo que fray Rodrigo de Sevilla, prior del Monasterio de San Blas de Villaviciosa (Guadalajara) y primer prior del Monasterio del Parral, presentaba la aceptación de la ermita y lugares anejos por el General de la Orden de los Jerónimos.

Obtenida la bula fundacional del Papa Nicolás V, se inicia la edificación del Monasterio del Parral, mientras que los monjes jerónimos son albergados en unas pequeñas casitas. Hasta la muerte de Juan II el proyecto quedo paralizado, hasta el punto de que los monjes no abandonaron el lugar ante la solicitud de algunas familias influyentes segovianas (la familia de La Hoz, entre otras).

En 1454 fallece Juan II y es proclamado rey su hijo Enrique IV, encargándose de iniciar las obras del Parral. Según archivos, la Capilla Mayor se debe a Enrique IV, la nave no pudo levantarse por los disturbios en los que se encontraba el reino.

La Iglesia del Parral debió empezarse por la cabecera, parece ser que Enrique IV había pensado ser enterrado en la Capilla Mayor, y estando ya avanzada la obra don Juan Pacheco, Maestre de la Orden de Santiago, se la había pedido para panteón familiar.

Enrique IV sería enterrado en Guadalupe, junto a su madre, doña María de Aragón.


Panorámica del Monasterio de Santa María del Parral (Segovia)

La traza del Monasterio es obra de Juan Gallego, con la precaución de aislar la Iglesia de la roca con una profunda cava para evitar la humedad.

Don Juan Pacheco, en 1472, por 400.000 maravedís, encarga la Capilla Mayor a los maestros de cantería Pedro Polido (converso segoviano), Bonifacio Guas (maestro mayor de la Catedral de Toledo) y Juan Guas (célebre arquitecto toledano que había levantado el claustro de la Catedral de Segovia en 1471), encargándose de terminarla en un plazo de tres años.

Al fallecer el Marqués de Villena en octubre de 1474, los maestros abandonaron temporalmente la obra al no percibir los salarios.

De otra parte, con el fallecimiento de Enrique IV en Madrid el 11 de diciembre de 1474, la grave crisis sucesoria desencadena después, en la que el hijo de don Juan Pacheco, don Diego López Pacheco, seguía defendiendo los derechos de doña Juana 'La Beltraneja', con los consiguientes gastos causados, paralizaron la construcción durante dos años.

A partir de 1483, don Diego López Pacheco, recuperada parte de la fortuna, comenzó a interesarse por la Iglesia. En 1485 se daban por terminados los trabajos. Al año siguiente se emprendían obras en la Iglesia. Finalmente, durante los años (1496 - 1503) se terminaba de abovedar la nave.


Fachada de la Iglesia del Monasterio de Santa María del Parral


Iglesia del Monasterio Jerónimo de Santa María del Parral


Detalle de la Portada de Santa María del Parral. Los blasones de don Diego López Pacheco y de su mujer, doña Juana Enríquez, se encuentran por todas partes de la Iglesia. Así, en la fachada pueden contemplarse los esculpidos por Francisco Sánchez Toledo.


Blasón de Diego López Pacheco 'II Marqués de Villena'. El blasón de don Diego López Pacheco ostenta las siguientes armas: Dos calderas con dos cabezas de sierpes a cada lado (del linaje Pacheco); en el tercer cuartel, los cinco escudetes cargado cada uno de cinco roeles (armas reales de Portugal); en el segundo cuartel, el ajedrezado de los Portocarrero; y en el cuarto cuartel, lucen las armas de su mujer, doña Juana Enríquez.


Blasón de Juana Enríquez, esposa de Diego López Pacheco 'II Marqués de Villena'. El blasón de doña Juana Enríquez ostenta como armas los dos castillos sobre el león rampante.


A la derecha se levanta el campanario, obra del abulense Juan Campero (1529), ciego y limpio hasta el cuerpo de campanas, una de las primicias del renacimiento en Segovia. Coronado por una recortada cestería, interrumpida en el frente sur por una espadaña.

IGLESIA DEL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DEL PARRAL

La Iglesia consta de una sola nave, despejada y esbelta, en cuyos costados se abren capillas comunicadas entre sí:

Virgen de los Cuchillos.- Perteneció a la familia Brihuega. En el suelo figuran tres laudes de pizarra con inscripciones no legibles. En el siglo XVI el retablo se encontraba presidido por una pintura con la Virgen de los Cuchillos (actualmente en el Museo Provincial).

De la Anunciación.- El frontal se encuentra adornado con las armas de Castilla. Actualmente se utiliza como oratorio de la comunidad.

De San Gregorio.- Pertenecía al linaje de los Oquendo. En el centro la laude al regidor Gaspar de Oquendo y de su mujer, Ana Jiménez. El retablo esta dedicado a San Gregorio, obre muy posiblemente de Alonso Castellanos.

De San Sebastián.- Con una venera de Santiago en los muros. Muy posiblemente, en 1480, antes de ser instalados en la Capilla Mayor, fue lugar de acogida de los restos de don Juan Pacheco y de doña María de Portocarrero.

Mayor.- Trazada por Juan Gallego en 1459 y finalizada hacia 1485 por Juan Guas y Martín Sánchez Bonifacio. La capilla queda iluminada por seis amplios ventanales. En 1654, Las vidrieras originales fueron sustituidas por otras blancas de Juan Bautista Lanas. En el año 2003, Carlos Muñoz de Pablos las decoró con las armas de la Orden de San Jerónimo (un león bajo el capelo cardenalicio) y las de Enrique IV (las armas de Castilla-León, con las ramas de granado).
En la Capilla Mayor, a ambos lados, de izquierda a derecha, respectivamente, los sepulcros de don Juan Pacheco y su mujer, doña María de Portocarrero. Sus restos fueron traídos desde Guadalupe en 1480, siendo depositados muy posiblemente (por la venera de Santiago en sus muros) en la capilla de San Sebastián. En 1528 su hijo, don Diego López Pacheco, se encargó de que los maestros Juan Rodríguez y Lucas Giraldo labrasen los actuales sepulcros.

De San Jerónimo.- Fundada en 1482 por don Alonso González de la Hoz, secretario y contador de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos, intervino en la compra de la pequeña ermita de Santa María y auxilió a los monjes jerónimos fundadores para que no regresaran a Guadalupe.

De la Asunción.- Antigua Capilla de San Pedro que fray Pedro de Mesa, a finales del siglo XV, tuvo que vender para costear el abovedamiento de la Capilla Mayor. El comprador fue don Sancho García del Espinar, uno de los caballeros que se encontraban presentes en la proclamación de Isabel 'La Católica' como reina de Castilla en la Plaza Mayor de Segovia. En la Capilla se encuentran las laudes de don Alfonso González del Espinar, del Consejo de los Reyes Católicos, de don Gonzalo del Río (1486) y de su mujer, doña Beatriz Álvarez. En el centro, la laude del doctor Sancho García del Espinar (1547).

Del Descendimiento.- Fundada por Hernán Pérez Coronel, judío de nombre Abrahan Senneors. Convertido al catolicismo, fue bautizado en Guadalupe el 15 de junio de 1492, con el apadrinamiento de los Reyes Católicos, quienes le concedieron el linaje de los Coronel. Su nieta, María Coronel, fue la segunda esposa del comunero Juan Bravo, y ascendiente de Pablo Coronel, catedrático de la Universidad de Salamanca, colaborador con el cardenal Cisneros en la publicación de la Biblia Políglota.

De la Natividad.- Perteneció a la familia de los Heredia. En el suelo luce la lápida de Francisco de Heredia (1583).

La nave da cobijo a varios panteones: De los Solís (La laude de la pizarra cita a Dionisio de Solís y a su mujer, Felipa de Solís (1507). En el interior se nombra a sus hijas, Margarita, Felipa, Constanza y Elvira Solís. La obra terminada en 1543, se completa con un pequeño retablo, de Juan Gil y de Jerónimo de Amberes), De los Tapia (En los laudes de la pizarra aparecen los nombres de María de Morales y María Tapia, mujer e hija de Pedro Tapia), del canónigo Bartolomé de Mirabate.

En el crucero lucen las laudes de don Francisco López Pacheco (1574) y de su mujer Juana Lucas de Toledo (1595), sin conservarse los sepulcros de don Diego López Pacheco (1529) y de doña Juana Enríquez (1530) que de forma tan activa intervinieron en el Monasterio.

A la izquierda de la portada de la Sacristía (obra de Juan Guas y de Egas Cueman) se encuentra el sepulcro de doña Beatriz Pacheco 'Condesa de Medellín' e hija de don Juan Pacheco. El sepulcro de la condesa, fallecida en 1491, enemiga acérrima de Isabel 'La Católica', está labrado en mármol y tiene una autoría controvertida.


La nave de la Iglesia de Santa María del Parral desde el sotocoro. Al fondo, el Retablo de la Capilla Mayor.
Los panteones de don Juan de Pacheco 'I Marqués de Villena' y de su mujer, doña María de Portocarrero, a izquierda y derecha, respectivamente.


Retablo Capilla Mayor de la Iglesia del Monasterio de Santa María del Parral.


Retablo Capilla Mayor de la Iglesia del Monasterio de Santa María del Parral.

El Retablo de la Capilla Mayor, de madera dorada y policromada, de tres calles y cuatro cuerpos más el inferior, junto con los sepulcros laterales, forman un bello conjunto. Se construyó en 1528 por 400.000 maravedís, obra de los entalladores Juan Rodríguez y Jerónimo de Pellicer, del pintor Francisco Giralte, y del carpintero Blas Hernández.

En 1553 el Retablo fue dorado por Diego de Urbina.

El coro es obra de Juan de Ruesga (1494), por 125.000 maravedís, se encargó de reemplazar el coro antiguo en el plazo de seis meses.

El coro elevado a los pies de la nave es característica de la Orden de los Jerónimos.

Consta de dos tramos, el segundo de doble tamaño, en ambos los escudos de armas de don Juan Pacheco y el de su esposa, doña María de Portocarrero.

En 1454, antes de iniciar la construcción de la Iglesia, el rey castellano-leonés Enrique IV emprendió la edificación del Monasterio (dependencias monásticas).

En el trazado de Juan Gallego, el monasterio según el modelo jerónimo tiene cuatro claustros: el de Portería, de la Hospedería, de la Enfermería o Botica y el Principal o de las Procesiones. El Monasterio se encuentra rodeado por una huerta, arboleda y tierras de secano, todo ello encerrado por una tapia.

Toda la zona del Monasterio es de clausura, excepto el claustro de la Portería.

& Gregorio XI, por mediación de Pedro Fernández Pecha y de Pedro Román, el 15 de octubre de 1373 funda la Orden de San Jerónimo, con hábito blanco y pardo. Las Constituciones las toman del Monasterio de Santa María del Santo Sepulcro (Florencia).

El rey castellano-leonés Juan I, a petición del obispo don Juan Serrano, les entrega el santuario mariano de Nuestra Señora de Guadalupe, desde donde más tarde saldrían los monjes para fundar el Monasterio de Santa María del Parral.

Es una orden española, que nunca traspasó la Península Ibérica, hubo por distintos motivos monasterios en Portugal. Los monasterios de los jerónimos son importantes y renombrados, entre otros: Nuestra Señora de Guadalupe (1389), San Jerónimo de Yuste (1415), San Isidoro del Campo de Santiponce (Sevilla, 1431), Santa Engracia de Zaragoza (1459), San Jerónimo de Granada (1496), San Miguel de los Reyes de Valencia (1544), San Lorenzo del Escorial (1561).


Claustro de la Portería del Monasterio de Santa María del Parral (Segovia)


Desde el Pórtico de entrada Monasterio de Santa María del Parral, vista del Alcázar.


Blasón de la Orden de los Jerónimos: león rampante bajo capelo cardenalicio. Monasterio de Santa María del Parral


Blasón de Enrique IV: armas de Castilla-León con ramas de granado. Monasterio de Santa María del Parral


Panorámica desde el río Eresma del Monasterio Jerónimo de Santa María del Parral. Desde el Monasterio, bajando al río, la Ceca de Segovia a la derecha

 

 

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