El río Nilo en Asuán. Desde el embarcadero de Luxor, por el río Nilo se llega a Asuán. Asuán, antigua ciudad de Swenet (frontera del Antiguo Egipto), Siena en la época grecorromana, es la ciudad más meridional de Egipto, en el margen oriental del Nilo, inmediatamente debajo de la primera catarata del río, con lo que posibilita la navegación hasta el delta sin encontrar barreras. El Nilo se desbordaba anualmente cada verano con las aguas provenientes de Uganda y Sudán. La alternancia del caudal del Nilo provocaba una constante pérdida de cosechas, bien por anegamiento o sequía, produciendo hambruna en la población. Se hizo necesaria la construcción de una presa para regular el nivel del caudal y proteger la agricultura. En 1956 el gobierno de Gamal Abdel Nasser anunció la construcción de una nueva presa en Asuán, amenazando gravemente a los monumentos nubios. El proyecto de construir la Presa Alta venía de 1952, tras la revolución de Nasser. En un principio, los Estados Unidos se comprometieron a financiar un préstamo de 270 millones de dólares, retirando la oferta a mediados de 1956. En julio de 1956, Nasser nacionalizó el Canal de Suez como represalia a la negativa de las potencias occidentales a financiar la construcción de la Presa Alta de Assuán, lo que provocó la intervención militar de Gran Bretaña, Francia e Israel, sofocada gracias a la no-intervención estadounidense y al apoyo de la Unión Soviética. El gobierno egipcio se propuso continuar el proyecto en solitario, con la ayuda de los ingresos que proporcionaba el Canal de Suez. La Unión Soviética en 1958, en plena Guerra fría por el dominio de África, contribuyó con un tercio del costo, proporcionando técnicos, maquinaria pesada, y el diseño del instituto ruso Zuk Hydroproject. La construcción de la Presa Alta se inició en 1960 y concluyó el 22 de julio de 1970, provocando alarma entre los arqueólogos, el complejo de Abu Simbel, así como decenas de templos, quedarían sumergidos bajo las aguas. La UNESCO en 1960 patrocinó una gran operación arqueológica, localizando y trasladando veinticuatro de estos monumentos a sitios más seguros, algunos fueron donados a países que colaboraron con el rescate, entre ellos, el Templo de Debod (actualmente en Madrid).
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