Siguiendo el croquis se ve como en el cuerpo superior del retablo destaca una gran corona de ángeles ( 1), que dibujan la forma de la Hostia consagrada en la Misa, de la cual el centro geométrico es Cristo en la Cruz (2). Aquí Gil de Siloé ha logrado en la cabeza de Cristo una de sus más extraordinarias tallas. Sostienen la cruz el Padre Eterno (3), con capa pluvial y tiara pontificia, y el Espíritu Santo (4) representado curiosamente como un joven revestido de túnica y con la corona imperial.
Sobre la cruz, el pelícano (5), símbolo del amor divino, se desangra por sus polluelos. Al pie de la cruz, la Madre (6) y San Juan (7), el discípulo amado. En los círculos de los ángulos, todavía dentro del gran círculo formado por los ángeles, hay cuatro escenas de la Pasión (8).
A su vez la gran corona de ángeles está enmarcada, como si fueran columnas, por las figuras de San Pedro (9) y San Pablo (10), los pilares sobre los cuales Cristo fundó su Iglesia. Sobre ellos, los evangelistas-apóstoles San Juan (11) y San Mateo (12). Debajo los otros dos evangelistas San Marcos (13) y San Lucas (14). En los espacios triangulares (15) están los cuatro doctores de la Iglesia Occidental venerados por su santidad de vida y la profundidad teológica de sus escritos: Gregorio, Ambrosio, Jerónimo y Agustín.
El cuerpo inferior tiene su propio centro en el sagrario (16) que contiene la presencia viva y sacramental de Cristo. Sobre el sagrario, hay un nicho cuadrado (17) que alberga una serie de altorrelieves fijos a un torno giratorio. Su fin es ayudar a los monjes a vivir con más intensidad los tiempos litúrgicos celebrados a lo largo del año, ya que cada uno de estos relieves corresponde a una de las grandes fiestas del calendario de la Iglesia: el Nacimiento de Jesús, el Bautismo, la Resurrección, la Ascensión, Pentecostés y la Asunción de María.
A cada lado del Sagrario están los santos patronos de la vida solitaria nuestra: Juan Bautista (18) y María Magdalena (19). Al mismo nivel pero más laterales están Santa Catalina de Alejandría (20) - nombre de la madre del rey Juan II - y Santiago Apóstol (21), invocado como patrono de España y 'guiador' de sus reyes. Entre estas estatuas y en un plano superior Gil de Siloé completó las series de círculos con otros dos, a la izquierda la Asunción (22) y a la derecha la Adoración de los Magos (23). Debajo de ellos, dos altorrelieves representan la Última Cena (24) y el Prendimiento (25). En los extremos, están el rey Juan II (26), 'guiado' por el apóstol Santiago e Isabel de Portugal (27) protegida por su santa patrona que tiene a su lado su hijo, San Juan Bautista. Sobre el rey la reina están sus respectivos escudos (28 y 29). |