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Juana de Castilla 'La Beltraneja' (1462-1530)

Enrique IV 

Reyes Católicos 

& El matrimonio que Enrique IV 'El Impotente' había contraído en primeras nupcias con doña Blanca de Navarra, siendo Príncipe de Asturias, fue anulado trece años después por el arzobispo de Toledo por no haberse consumado, al confesar Enrique IV su impotencia.

Mientras Blanca regresó a Navarra, Enrique IV dejó el gobierno de Castilla y León en manos de don Pedro Pacheco 'Marqués de Villena'. En un principio todo marcha bien, mientras el rey se dedicaba a excesos y orgías, se firmó la Paz con Navarra y Aragón, además de luchar con éxito en el reino de Granada. 

& Ante la corriente de algunos Grandes de Castilla en favor de sus hermanastros Alfonso e Isabel, el Marqués de Villena aconsejó a Enrique IV que se casase de nuevo para procurar un heredero.

El 21 de mayo de 1455, Enrique IV casó de segundas con doña Juana de Avís, hija de los reyes portugueses don Duarte y doña Leonor de Aragón, hermana del futuro rey portugués Alfonso V.

Doña Juana 'La Beltraneja' (1462-1530)

Doña Juana lo que ocasionó fue grandes disturbios en todo el reino.
Al cabo de siete años de matrimonio ésta dio a luz una hija, doña Juana, conocida como 'La Beltraneja', debido a relaciones de la reina con el favorito de la Corte, don Beltrán de la Cueva
'Duque de Alburquerque y Gran Maestre de Santiago',

Doña Juana de Castilla fue jurada Princesa de Asturias en 1462, a los pocos meses de su nacimiento.

Enrique IV destituyó al Marqués de Villena y nombró en su lugar a don Beltrán de la Cueva. Para hacer frente al desagravio, el Marqués de Villena, junto al arzobispo de Toledo don Alfonso Carrillo Albornoz y don Pedro Girón 'Maestre de la Orden de Calatrava', entre otros, formó una coalición contra Enrique IV con la disculpa de que éste no asesinara a su hermanastro el infante don Alfonso.

La coalición tuvo un éxito considerable, Enrique IV tratando de arreglar el asunto intentó casar a doña Juana la Beltraneja con su hermanastro Alfonso, pero la coalición no aceptó.

Poco después, Enrique IV aconsejado por su esposa, doña Juana de Portugal, y el nuevo valido don Beltrán de la Cueva, nombró heredera a su hija doña Juana de Castilla.

Ante la nueva situación, los partidarios de don Alfonso se dispusieron a combatir contra los partidarios de Enrique IV. En 1467 los dos ejércitos se enfrentaron, la victoria del ejército de Enrique IV no fue completa y el infante Alfonso moría supuestamente envenenado.

El Marqués de Villena, para conciliar las dos corrientes, propuso a Isabel la mano de Alfonso V, rey de Portugal y a Juana de Castilla el matrimonio con el príncipe Juan, hijo de Alfonso V, pero Isabel se negó atendiendo a la gran diferencia de edad entre ambos.

En 1468, con el Pacto de los Toros de Guisando, Enrique IV reconoció oficialmente a su hermana Isabel como heredera al trono, en prejuicio de los legítimos intereses de su hija doña Juana de Castilla, de otra parte, Isabel tampoco debería casarse sin consentimiento del rey. Además, Enrique IV se comprometía a que su esposa, dona Juana de Avís, abandonase la Corte y fuera recluida en el castillo de Alaejos (Valladolid).

Prometida Juana de Castilla después al Duque de Guiena, quedó también sin efecto el matrimonio por negarse las cortes a sancionarlo.

El 19 de octubre de 1469 se celebraron los esponsales, obtenida la dispensa papal por la consanguinidad de la pareja, entre Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón.

La bula papal que el arzobispo de Segovia, don Pedro Carrillo, mostró al matrimonio resultó ser falsa, aunque posteriormente el pontífice Sixto IV no tuvo obstáculos para otorgar su consentimiento. 

Cuando Enrique IV conoció el enlace de su hermanastra Isabel, dio por no válido el Pacto de los Toros de Guisando, nombrando de nuevo a su hija, doña Juana de Castilla, heredera a la corona de Castilla y León.

Enrique IV falleció el 11 de diciembre de 1474, dejando un reino sumergido en una terrible guerra sucesoria, entre Isabel y Fernando por una parte, y los partidarios de doña Juana la Beltraneja por otra.

El 13 de diciembre de 1474, Isabel es proclamada reina de Castilla en la Iglesia de San Miguel de Segovia.

El 15 de enero 1475, en la ciudad de Segovia, en el Palacio Real de San Martín, emblemático Palacio de Enrique IV (construido por el monarca Juan II para aposento de su hijo), Isabel y Fernando firmaron el 'Acuerdo de Gobernación del Reino', más conocido como 'la Concordia de Segovia', estableciendo las atribuciones de gobierno de cada uno de ellos en sus respectivos territorios, acuerdo que se institucionalizó con el lema 'TANTO MONTA'.  

Alfonso V 'El Africano'

De otra parte, el rey portugués Alfonso V 'El Africano' (1432-1481), hijo del rey don Duarte (1403-1438) y de doña Leonor de Aragón, se decidió por tomar esposa a su sobrina doña Juana 'La Beltraneja'.

En abril de 1475 proclamó su futuro matrimonio y tomó el título de Rey de Castilla en unión con doña Juana 'La Beltraneja'.

Por los derechos a la Corona de Castilla, estalló una guerra que empezó en 1475 y duró hasta el 4 de septiembre de 1479.

Los partidarios de Juana la Beltraneja fueron derrotados en la batalla de Toro (1476) y en Albuera (1479). La guerra concluyó con el 'Tratado de Alcáçovas-Toledo', ratificando a Isabel como soberana de Castilla y confinando a doña Juana de Castilla al convento de Santa Clara en Coimbra, clausura que rompió más de una vez para volver a la Corte.

& La Batalla de Toro fue un enfrentamiento entre las tropas castellano-aragonesas de Isabel La Católica y las de Alfonso V de Portugal, en donde éstas fueron vencidas el 1 de marzo de 1476.

Forma parte de uno de los episodios más importantes de la guerra civil que estalló en Castilla a la muerte de Enrique IV entre la hermana del monarca, Isabel, y la hija de Enrique IV, Juana La Beltraneja.

En la localidad de Toro (Zamora), las tropas portuguesas y castellanas fieles a Juana fueron sitiadas y vencidas por el ejército castellano-aragonés al mando del Duque de Alba.

& En la batalla de Albuera, el 24 de febrero de 1479, se enfrentaron las tropas de Alfonso V de Portugal y las de Fernando el Católico, poniendo fin a la guerra de sucesión del trono de Castilla.

Posteriormente, Juana de Castilla fue solicitada en matrimonio por don Francisco Febo, rey de Navarra, hijo de Gastón de Foix y de Magdalena de Francia (hermana de Luis XI).

Después de la muerte de Isabel la Católica, Juana de Castilla fue solicitada en matrimonio por Fernando V de Castilla, por mediación de éste matrimonio intentaba despojar del gobierno de Castilla a su yerno Felipe 'El Hermoso', gobierno que realizaba en nombre de su esposa doña Juana 'La Loca'.

Juana de Castilla continuó en Portugal, con el título de reina. Murió en Coimbra, en 1481.

 

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