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Lanzarote es una isla del Archipiélago de Canarias, en el océano Atlántico, perteneciente a la provincia de Las Palmas, su capital es Arrecife.

Es la isla más septentrional y oriental del Archipiélago, conocida popularmente como la Isla de los Volcanes, a unos 140 kilómetros de la costa noroccidental de África y a unos 1.000 kilómetros del punto más cercano de la Península Ibérica.

El punto más septentrional de la isla es el Cabo o Punta Fariones, y el más meridional, Punta del Papagayo.

Muchos investigadores sostienen que los antiguos habitantes de Canarias procedían del norte de África. La civilización prehispánica se hallaba en la Edad de Piedra. Se conservan numerosos vestigios del modo de vida de los primeros pobladores de la Isla.

En 1312 el navegante genovés Lancelotto Malocello arribó en la Isla, dándole su nombre.

En 1402 se inició la conquista de Canarias, comenzando por Lanzarote, quedando unida a lo que hoy es el Reino de España. La anexión de Lanzarote se produjo de forma pacifica, aunque la conquista de todo el archipiélago se prolongó durante casi cien años. Diversas fortalezas son testigos de la defensa de los ataques de los piratas que se sucedieron hasta principios del siglo XIX.

Lanzarote fue declarada Reserva de la Biosfera en octubre de 1993 por la UNESCO, reconociendo el trabajo realizado durante décadas por los hombres y mujeres de la isla, quienes lucharon por instaurar un modelo de desarrollo innovador y original.

El objetivo de una Reserva de la Biosfera es la preservación de los valores naturales mediante una gestión científicamente correcta, socialmente respetuosa, culturalmente creativa y operativamente sostenible.

Diego García de Herrera y Ayala era hijo de Pedro García de Herrera y Rojas (Mariscal de Castilla y Señor de Ampudia ) y de María de Ayala y Sarmiento.

Diego García de Herrera, como esposo de Inés Peraza de las Casas (hija de Hernán Peraza el Viejo, Señor territorial de las islas Canarias), sostuvo pleitos con la Corona de Castilla y el Reino de Portugal por sus derechos sobre el Señorío de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, en el resto de las Islas había una insurrección de sus habitantes y la competencia de los portugueses.

En 1454 el rey Enrique IV de Castilla devuelve a la familia Herrera-Peraza la Isla de Lanzarote. Ese mismo año consiguen que los vasallos del infante portugués Enrique el Navegante abandonen parte de la Gomera.

En 1468 el monarca Enrique IV revoca la concesión de las Islas insumisas que había realizado en 1464 a favor de nobles portugueses.

En 1476 los lanzaroteños acuden a la Corte denunciando los desmanes de la familia Herrera-Peraza y solicitan ser vasallos de los Reyes Católicos. Los Señores de Canarias responden persiguiendo, exiliando o ejecutando a los habitantes rebeldes de Lanzarote.

Los Reyes Católicos envían a la Isla a Esteban Pérez de Cabitos como juez pesquisidor para que recogiese información.

En octubre de 1477, Diego García de Herrera y su esposa Inés Peraza, a cambio de una compensación económica, ceden a los Reyes Católicos sus derechos sobre las Islas aún sin conquistar, y obtienen el título de Conde de La Gomera.

El Señorío de los Herrera-Peraza quedó reducido a las Islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro. Si bien ya en 1474 su hijo primogénito Pedro García de Herrera había recibido la Isla de El Hierro para su matrimonio.

En 1478, su hijo Hernán Peraza el Joven recibió la Isla de La Gomera.

En 1482, Pedro García de Herrera atenta contra sus padres y es desheredado por su madre Inés Peraza, pasando la Isla de El Hierro y la Isla de La Gomera a formar Mayorazgo con Hernán Peraza el Joven, que casó ese mismo año con Beatriz de Bobadilla por mandato de Isabel La Católica.

El 22 de junio de 1485 muere Diego García de Herrera en Fuerteventura, fue enterrado en el convento franciscano de San Buenaventura, que había construido a sus expensas. El título de Conde de La Gomera, que le habían prometido los Reyes Católicos le fue otorgado cuando ya había fallecido por Real Despacho expedido a su nombre en 1487.

A raíz de la muerte de Hernán Peraza el Joven por el guerrero Hautacuperche en la rebelión de los gomeros el 20 de noviembre de 1488, se suceden las luchas internas en la familia contra su viuda Beatriz de Bobadilla para despojarla del control de las Islas. El matrimonio tuvo dos hijos: Guillén Peraza de Ayala, primer Conde de La Gomera, e Inés de Herrera y Ayala, que casó con Pedro Fernández de Lugo, segundo Adelantado de Canarias.

En 1502, Inés Peraza dividió en doce partes Lanzarote y Fuerteventura entre sus hijos: Sancho de Herrera (cinco partes, primer Señor de Lanzarote, casó con Violante de Cervantes), María de Ayala (cuatro partes, casó con Diego de Silva y Meneses, Conde de Portalegre) y Constanza Sarmiento (tres partes, primera Señora de Fuerteventura, casó con Pedro Fernández de Saavedra).

Entre los años 1730-1736 la tierra de Lanzarote se abrió cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza, más de mil millones de metros cúbicos de lava dieron forma a un sobrecogedor paisaje volcánico.

El uno de septiembre de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, el cielo de la Isla quedó iluminado con llamas procedentes de la montaña que continuaron ardiendo durante nueve o diez días.

Entre julio y octubre de 1824, los volcanes Tao, Chinero o Volcán Nuevo del Fuego y Tinguatón entraron en acción, aunque no tuvieron la trascendencia de los volcanes del siglo anterior. El volcán más occidental, Chinero, y sus coladas, están dentro de los límites del Parque Nacional.

Este largo proceso eruptivo cambió drásticamente la morfología de Lanzarote quedando prácticamente sepultada una cuarta parte de la isla bajo un grueso manto de lava y ceniza. Desde las Montañas de Fuego la perspectiva de los cráteres es impresionante.

Vista del Timanfaya o Montañas del Fuego desde el Aeropuerto de Lanzarote, en la zona de Guacimeta, en el municipio de San Bartolomé, muy cerca de la capital Arrecife y de las localidades turísticas de Puerto del Carmen y Costa Teguise.


Vista del Timanfaya o Montañas del Fuego desde el Aeropuerto de Lanzarote.

Ruta al centro volcánico de Lanzarote: Partiendo de Yaiza se toma la carretera que conduce al Parque Nacional de Timanfaya, también conocido como Montañas de Fuego, uno de los principales atractivos de la Isla de Lanzarote. Comprende una amplia extensión afectada por el volcanismo reciente de los siglos XVIII y XIX.

Ruta de la costa sur de Lanzarote: Por la carretera general del sur, dirección a Yaiza, se pasa por los pueblos de Tías y Mácher y antes de llegar a Uga se puede tomar una desviación que conduce a Marina Puerto Calero, un moderno puerto náutico-deportivo. Continuando por la misma ruta se llega al pueblo de Yaiza, cabecera del municipio del mismo nombre, donde destaca la blanca y pulcra arquitectura. Desde alli a las Salinas de Janubio, Los Hervideros y El Golfo, un hermoso conjunto costero. Más al sur, la zona turística de Playa Blanca donde destacan las bonitas playas de Papagayo y el Puerto deportivo Marina Rubicón.
De regreso, se puede pasar por la localidad Puerto del Carmen donde se visita el Museo Aeronáutico, situado en el recinto del Aeropuerto.

Ruta del norte de Lanzarote: Desde la capital, Arrecife, donde se visita el Museo Internacional de Arte Contemporáneo y Castillo de San José, tomando dirección norte, hacia Órzola, se pasa por Tahíche donde se encuentra la sede de la Fundación César Manrique. Se continua hacia Guatiza, donde se encuentra el Jardín de los Cactus, para seguir hasta Arrieta, pequeño pueblo marinero. Desde este punto, se toma la desviación para visitar la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua. De vuelta a Arrieta, dirección a Haría, frondoso y exuberante de palmeras. Desde ahí, se continua hacía el Mirador del Río, balcón sobre el acantilado de Famara, donde se contempla una panorámica de las isla de La Graciosa y sus islotes adyacentes.
El regreso por los Valles de nuevo hacía Teguise.

PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA

El actual Parque Nacional de Timanfaya o de las Montañas de Fuego cubrió su suelo con cenizas, escasa flora (aulaga majorera, bujeque, espino cambrón, higuera, pie de conejo), fauna especial (tórtolas y perdices morunas), y reptiles como el lagarto de Harí o el perenguén rugoso o majorero.
El cuervo, el cernícalo común, el alimoche (güirre en Canarias) o la paloma común tienen enclaves permanentes. Entre las especies introducidas hay que señalar el conejo, grave azote para el ecosistema de la Montaña de Fuego. Aunque el animal que llena todas las postales de Lanzarote es el camello (los lanzaroteños determinan así al dromedario, solo tiene una joroba).

Los dromedarios llegaron a Lanzarote hace seiscientos años, remolcados por embarcaciones procedentes de África y flotando en el agua. A lo largo de varios siglos han sido un elemento indispensable en la agricultura de la isla, especialmente cuando no había automóviles ni camiones.

Desde hace apenas cuarenta años, los camellos son un atractivo turístico del Timanfaya, iniciando su recorrido junto al Museo.

El Timanfaya es fiel exponente de la actividad volcánica reciente de Lanzarote donde han tenido lugar típicas estructuras volcánicas: Mar de Lavas, Jameos, Hornitos, Conos de Cínder, Cuevas o Tubos volcánicos, y otros materiales aéreos. El núcleo principal de la erupción fue el Macizo del Fuego, siendo su cima más alta de 525 metros.

El Parque Nacional presenta determinadas zonas superficiales en donde la temperatura es más elevada de lo normal, superando los 100ºC, que se localizan en bordes de cráteres, constituyendo las denominadas Anomalías Geotérmicas, siendo las más importantes las del Islote de Hilario, la Casa de Los Camelleros y el fondo del cráter de Timanfaya.

En el Timanfaya el elemento mineral destaca sobre cualquiera de las manifestaciones biológicas. Los campos de lava adquieren un aspecto diferente en función de su viscosidad, combinando terrenos abruptos y rugosos (malpaíses), con otros en los que sería fácil transitar (con formas cordadas).

En el paisaje volcánico la principal señal de vida la ponen los líquenes que comienzan a alterar las rocas, creando condiciones para los organismos más avanzados. La gran variedad de líquenes originan múltiple colorido en el paisaje.


Paisaje volcánico del Parque Nacional de Timanfaya.


Paisaje volcánico del Parque Nacional de Timanfaya.


Cráter del Parque Nacional de Timanfaya.

Los materiales expulsados por los volcanes (cenizas, lapilli, piroclastos y bombas volcánicas) ocupan amplias extensiones en el terreno de Lanzarote.
El lapilli forma campos de diminutas piedras conocidas como rofe o picón, permitiendo una interesante adaptación del cultivo de frutales, en zocos de piedra con el fin de protegerlos del viento, aprovechando la capacidad de los terrenos volcánicos para retener la humedad.


Ruta de volcanes, Parque Nacional de Timanfaya.

El 1 de septiembre de 1730 Lanzarote sufrió los más significantes cambios geológicos cuando más de una docena de cráteres abrieron prácticamente al mismo tiempo. Una capa de lava de más de 10 metros de grosor destruyó 9 poblados (Tingafa, Mancha Blanca, Las Maretas, Santa Catalina, Jaretas, San Juan, Peña de Plomos, Testeina y Rodeos), enterrando 200 kilómetros cuadrados de un terreno fértil.

La majestuosa erupción penetró a unos 65 kilómetros bajo tierra formando una compleja mezcla de roca liquida y gases, llamada Magna bajo la superficie y Lava por encima de ella. La mezcla, más ligera que la roca maciza que la rodea, fue empujada hacia arriba a través de canales verticales, juntándose en Cámaras entre 3 y 5 kilómetros bajo las cumbres de los volcanes.

Cuando las Cámaras tuvieron demasiada presión surgió la erupción, la superficie en las Montañas de Fuego alcanzó entre 100 y 400 grados a poca profundidad. Las erupciones en Timanfaya surgieron de nuevo en 1824, abriendo los conos de Tao, Chinero o Volcán Nuevo de Fuego y Tinguatón.
Se produjeron terribles hambrunas y buena parte de la población tuvo que emigrar.
Desde entonces el paisaje volcánico de Lanzarote ha sufrido una transformación gracias a las técnicas agrícolas de cultivo sobre lapillis volcánicos que los lanzaroteños emplean para captar la humedad de los vientos alisios.


El Parque Nacional de Timanfaya alberga 25 volcanes, las cercanías a los volcanes Montaña de Fuego, Montaña Rajada o Caldera del Corazoncillo son lugares espectaculares por las tonalidades que adquiere el horizonte.


Cráter del Parque Nacional de Timanfaya.


Cráter en Timanfaya: La forma más destacada de origen volcánico es el cono que generalmente muestra un cráter en forma de caldera.


Panorámica volcánica del Timanfaya.

Demostración del poder geotérmico de la zona del Timanafaya, un guía del Parque Nacional vierte agua en uno de los agujeros y a los dos segundos sale en forma de chorro de vapor de agua a gran presión, alcanzando varios metros de altura.

Demostración del poder geotérmico de la zona del Timanafaya, un guía del Parque Nacional vierte agua en uno de los agujeros y a los dos segundos sale en forma de chorro de vapor de agua a gran presión, alcanzando varios metros de altura.

Horno-Asador de Timanfaya o Vulkan-Grill en el Parque Nacional de Timanfaya, diseñado por César Manrique y Eduardo Cáceres, funciona con unas rejillas sobre una hendidura en el suelo de varios metros de profundidad en una zona de una alta actividad geotérmica y magmática. El calor sube desde las entrañas de la Tierra asando los alimentos.


Echadero de Camellos de Timanfaya: Los visitantes al Parque Nacional pueden disfrutar de un corto recorrido a lomos de un dromedario (camello para los lanzaroteños) a través de una senda de la ladera sur de la montaña.


Echadero de Camellos de Timanfaya: El paseo en dromedario (los camellos tienen dos gibas) es una experiencia interesante, con el balanceo rítmico y cansino del animal resabiado se sube una loma desde donde se divisa un bonito panorama.


Echadero de Camellos de Timanfaya: El paseo en dromedario (los camellos tienen dos gibas) es una experiencia interesante, con el balanceo rítmico y cansino del animal resabiado se sube una loma desde donde se divisa un bonito panorama.


Echadero de Camellos de Timanfaya: El paseo en dromedario (los camellos tienen dos gibas) es una experiencia interesante, con el balanceo rítmico y cansino del animal resabiado se sube una loma desde donde se divisa un bonito panorama.


Echadero de Camellos de Timanfaya: El paseo en dromedario (los camellos tienen dos gibas) es una experiencia interesante, con el balanceo rítmico y cansino del animal resabiado se sube una loma desde donde se divisa un bonito panorama.