Elige Armas

Manual Bonsais
Radios Antiguas
Ilustración
Los Borgias
Nobeles Economía
Raíces Argentinas
Masonería
Leyes Educación

Leopoldo O'Donnell y Jornis, (1809 - 1867)

Sexenio Revolucionario (1868 - 1874)

Leopoldo O'Donnell y Jorris, (1809 - 1867)

 Pertenecía a una familia de origen irlandés emigrada a España durante la revolución de Cromwell, hijo del general José Enrique O'Donnell, Duque de la Bisbal.

Nació en Santa Cruz de Tenerife en 1809, y murió en Biarritz en 1867.

Célebre general y político liberal español.

A la muerte de Fernando VII, estalló la Guerra Carlista en 1833, Leopoldo O'Donnell se encuadró en el ejército de María Cristina de Borbón (madre de la futura Isabel II), a pesar de tener hermanos en el bando absolutista.

Siendo capitán operó en el bajo Aragón y defendió el territorio de las Cinco Villas frente al ataque de Zumalacárregui.
Su nombre se escribió al lado de acciones como las de Bilbao, Estella, Mendigorría, Arcos o Erice, donde fue herido de gravedad.

En 1839, bajo el mando de Espartero, luchó en la toma de Ramales y se le concedió la Gran Cruz de San Fernando.
Durante este año, Leopoldo O'Donnell fue nombrado General en Jefe del Ejército del Centro, con mando también en Aragón, Valencia y Murcia.
En este puesto militar, salvó a Lucena y derrotó a Cabrera, impidiendo que el general carlista se hiciera dueño de todo el reino de Valencia.

En 1839 ascendió a Teniente General y fue Jefe del Estado Mayor de Espartero.
Como Capitán General de Aragón y Valencia, expulsó al general Cabrera del Maestrazgo.

Tras la revolución progresista de septiembre de 1840 que provocó la renuncia de María Cristina de Borbón a la Regencia, O'Donnell se vio obligado a emigrar a Francia.

En 1841 participó en la conspiración contra la Regencia de Espartero, bajo el mando del general Diego de León. En ella, O'Donnell estaba encargado de propiciar la sublevación militar de Pamplona, pero habiendo fracasado el intento de Diego de León en Madrid el 7 de octubre de 1841, tuvo que refugiarse de nuevo en Francia.

En la primavera de 1842, O'Donnell presidió la Orden Militar Española, creada en París por los militares moderados exiliados que conspiraban contra el regente y el gobierno progresista de Madrid, y buscaban el restablecimiento de la Regencia de María Cristina de Borbón.

Siendo Ramón María Narváez presidente del Consejo de Ministros, Leopoldo O'Donnell fue nombrado Capitán General de La Habana, cargo que ostentó hasta 1848.
A su regreso a la Península, O'Donnell fue nombrado Senador y Director General de Infantería.

El liderato político de O'Donnell comenzó en 1853, tras los enfrentamientos surgidos entre el Senado y el gabinete del Conde de San Luis por la cuestión de los ferrocarriles. Los enfrentamientos ocasionaron la suspensión de las sesiones de las Cortes.

El 29 de junio de 1854, Leopoldo O'Donnell encabezó el pronunciamiento militar, al mando de la Caballería sublevada en el Campo de Guardias, tras el indeciso encuentro de Vicálvaro.
Con el fin de ganar adeptos, el 6 de julio dio el 'Manifiesto de Manzanares' que ampliaba la revolución por todo el país.
El movimiento acabó capitalizado por el progresismo, Espartero quedó encargado de presidir el Consejo de Ministros.
Durante el Gobierno del Bienio Progresista, Leopoldo O'Donnell ocupó el Ministerio de Guerra.

En las Cortes Constituyentes del Bienio Progresista nació el partido centrista de 'Unión Liberal', que convirtió a O'Donnell en su jefe indiscutible.

Tras la dimisión de Espartero, después de los sucesos del 16 y 17 de julio de 1856, Leopoldo O'Donnell formó el Primer Gobierno unionista.
Desde la Presidencia del Consejo de Ministros, terminó con las sesiones de las Cortes Constituyentes, disolvió la Milicia Nacional, y restableció la Constitución moderada de 1845 junto con un Acta Adicional que conservaba ciertas conquistas progresistas (jurados para delitos de imprenta, permanencia de las Cortes durante cuatro meses al menos cada año, etc.).

Leopoldo O'Donnell dimitió el 10 de octubre de 1856, siendo sustituido en la Presidencia del Consejo de Ministros por Ramón María Narváez, decantado hacia el moderantismo, practicando una política reaccionaría cuyo objetivo básico era el orden público.

O'Donnell volvió a la Presidencia del Gobierno, ocupando además la cartera de Guerra, el 1 de julio de 1858, iniciándose un período de gobierno ininterrumpido, período conocido como 'Quinquenio de Unión Liberal' que se alargó hasta febrero de 1863.
El 28 de noviembre de 1858 se publicó el acta fundacional de la Unión Liberal.
Este período se caracterizó por la estabilidad política, consecuencia del boom económico y de dejar actuar con cierta libertad a la oposición constitucional, ampliación del voto, etc.
El 22 de octubre de 1859 se declara la guerra a Marruecos, O'Donnell tomó el mando personal de ejército, ocupando la ciudad de Tetuán (febrero de 1860), lo que le proporcionó prestigio y el título de 'Duque de Tetuán'.
El Tratado de Tetuán puso fin a la guerra, reconociendo las posiciones españolas en el Norte de África, y amplió el dominio de Ceuta.

El estrecho reformismo de la Unión Liberal, y la presión del Partido Moderado, provocó que O'Donnell presentase la dimisión el 27 de febrero de 1863, siendo sustituido por el Marqués del Duero.

Los sucesos originados en la noche de San Daniel en 1865, llevaron de nuevo a O'Donnell a la Presidencia del Gobierno y al Ministerio de la Guerra.
Durante este gobierno intentó atraerse a los progresistas con un programa liberalizante.
El pronunciamiento de Prim en Villarejo y la sublevación de los sargentos de San Gil el 22 de junio de 1866, provocó el enfrentamiento de Isabel II con O'Donnell, al considerar que la represión no se había llevado a cabo con la necesaria dureza.
O'Donnell fue sustituido por Narváez

Leopoldo O'Donnell se trasladó a Biarritz por problemas de salud, falleciendo el 5 de noviembre de 1867, especulándose sobre su posible envenenamiento.
O'Donnell poseía los títulos de 'Duque de Tetuán', 'Conde de Lucena' y 'Vizconde de Aliaga'.

La desaparición de O'Donnell permitió a los unionistas iniciar una convergencia con los progresistas y los demócratas, proceso que culminaría en la revolución de 1868.

Francisco Silvela y la Vielleuze

Ramón María Narváez y Campos

Antonio Cánovas del Castillo

  Gobiernos Isabel II