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Fernando IV (1295 - 1312)   'El Emplazado' - Rey de Castilla y León

Alfonso X 

Fernando IV 'El Emplazado' - Rey de Castilla y León

Hijo mayor de don Sancho IV y doña María de Molina. Nació en Sevilla el 6 de diciembre de 1285, y murió en Jaén el 9 de septiembre de 1312, víctima de una repentina enfermedad.
Jurado sucesor al mes siguiente. Fue educado según el libro de su padre titulado 'El libro de los Castigos'.
El 26 de abril de 1295 fue proclamado Rey en Toledo (tenía nueve años). Después, en Valladolid.
Doña María de Molina, en calidad de reina madre, quedó encargada de la regencia de su hijo, ocasión que aprovecharon los 'Infantes de la Cerda' para reivindicar de nuevo el trono castellano-leonés, a lo que se unían otros nobles del reino que intentaban sacar provecho de la situación.

Por su parte, el Infante don Juan, hermano de Sancho IV, reclamó también sus derechos al trono.
De otro lado, el Infante don Enrique 'El Senador', hermano de Alfonso X 'El Sabio', solicitó la regencia y la tutoría del niño rey.

A los parientes del joven rey Fernando IV, se sumaron en rebeldía los nobles don Diego López de Haro, don Nuño González de Lara y don Juan Núñez.

Todo intento de rebeldía era apoyado por las monarquías limítrofes a Castilla: Jaime II de Aragón y don Dionís de Portugal.

La corona castellano-leonesa fue atacada por su lado más débil, destacando la ilegalidad de Fernando IV al trono, considerando que el matrimonio de sus padres, Sancho IV y María de Molina, no fue reconocido por el rey Alfonso X 'El Sabio' ni por el papa Gregorio X, quien lo decretó nulo por los lazos directos de consanguinidad.

Las Cortes de Valladolid, celebradas en 1295, pusieron al infante don Enrique al frente de la Regencia, mientras doña María de Molina conservaba la custodia directa de su hijo, gracias al apoyo de las ciudades más importantes del reino, constituidas en una poderosa Hermandad para defenderse de los constantes ataques de los nobles poderosos.

El Infante don Juan, hermano de Sancho IV, apoyado por el rey portugués don Dionís, en el verano de 1295 se autoproclamó rey de Castilla y León. Ante la nueva situación, el regente don Enrique 'El Senador' marchó hacia Portugal para negociar con el Infante don Juan.

Tras la negociación, don Juan recobraba todas sus tierras leonesas, además de ceder al rey portugués los castillos de Gorpa y Moura.

De otra parte, los nobles en rebeldía, don Diego López de Haro y los Infantes de Lara, juraron fidelidad al joven rey Fernando IV, una vez que la corona les devolvió sus posesiones anteriores.

Con la intención de solucionar el conflicto, las coronas castellano-leonesa y portuguesa firmaron el acuerdo en Ciudad Rodrigo. Para reforzar lo pactado, se concretó el matrimonio de Fernando IV con doña Constanza, hija del rey portugués.

En 1296, Jaime II de Aragón, en coalición con los Infantes de la Cerda y el Infante don Juan, emprendió un ataque directo contra Castilla con objeto de derribar del trono a Fernando IV.

La coalición se dividía el reino: el Infante don Juan se quedaba con el reino de León, los Infantes de la Cerda con el reino de Castilla, mientras que Jaime II de Aragón se quedaba con el reino de Murcia, alcanzando de esta manera la deseada frontera con Granada.

En la sublevación se contaba con los reinos de Francia y Portugal, a los que se les concedería importantes compensaciones territoriales.

Las tropas coaligadas penetraron por varios frentes de Castilla:

 

§ El Infante don Juan llegó hasta la ciudad de Palencia, convocando a Cortes.
§
El Infante Alfonso de la Cerda logró tomar Sahagún, en donde se proclamó rey de Castilla.
§
El rey aragonés Jaime II invadió Murcia.
§
El ejército portugués avanzaba por la Ribera del Duero.

Mientras el reino castellano-leonés era invadido, doña María de Molina y Fernando IV permanecían protegidos por el Concejo de la ciudad de Valladolid.

El temple de doña María de Molina, que consiguió el apoyo de ciudades importantes el reino, junto a la fidelidad de valerosos caballeros, como don Alfonso Pérez de Guzmán (1256 - 1309), 'Guzmán el Bueno', la crisis pudo ser superada.

Las tropas rebeldes fueron obligadas a retroceder, estragadas por una campaña prolongada y costosa.

Con la Paz de Alcañices (1297) se completaba el triunfo castellano-leonés, renovándose el arreglo matrimonial entre Fernando IV y doña Constanza de Portugal, a lo que se añadía otro acuerdo matrimonial entre la Infanta doña Beatriz (hermana de Fernando IV) con el Infante portugués don Alfonso.

En 1298, en otra intentona de sublevación, el rey aragonés Jaime II volvió a atacar las posesiones castellanas de Murcia apoderándose de gran parte de su territorio, incluyendo las importantes ciudades de Alicante y Elche que estaban a cargo del Infante don Juan Manuel.

Doña María de Molina, asesorada por el Infante don Enrique (hermano de Alfonso X), reunió las Cortes de Valladolid para recabar dinero para la campaña contra el rey aragonés.

En paralelo, tras la solicitud de los procuradores de León, el rey portugués don Dionís acudió en ayuda de Fernando IV.

Desgraciadamente las intenciones del rey portugués eran otras, en medio de una traición se urdía otra traición, el rey portugués se coligaba con el Infante don Juan y don Enrique 'El Senador' para repartirse el reino de Castilla y León.

Doña María de Molina, acorralada de nuevo, tuvo que pactar la retirada del rey portugués don Dionís, a la vez que compraba la fidelidad de don Enrique 'El Senador' otorgándole el Señorío de Écija, Roa y Medellín.

El Infante don Juan, al encontrarse sólo, solicitó el perdón del rey. En el año 1300, en la ciudad de Valladolid, tuvo que prestarle homenaje público de vasallaje.

Fernando IV accedió a la mayoría de edad en 1301, contando con el apoyo nobiliar de los Infantes de Lara y el Infante don Juan. En contraposición, se constituyó se formó un partido de la nobleza comandado por el anterior regente don Enrique 'El Senador', al que se unieron don Juan Alfonso de Haro, don Diego López de Haro, el Señor de los Comeros y don Juan Manuel (que ostentaba sin derecho el título de Infante).

La muerte de don Enrique 'El Senador' en 1302 propició la eliminación de uno de los principales obstáculos de Fernando IV.

Fernando IV se casó con doña Constanza de Portugal en 1302. De esta unión nacieron dos hijos: don Alfonso que después le sucedería como Alfonso XI y doña Leonor que se casaría con don Alfonso IV Rey de Aragón.

Con la nueva coyuntura política, Fernando IV aprovechó para renovar la amistad con el rey portugués don Dionís, y con el rey granadino Muhammad III, que presionado por una serie de revueltas internas se avino a firmar un tratado de paz con el rey castellano-leonés, renunciando para siempre a sus pretensiones sobre Alcalá la Real, Cazalla, Medina Sidonia, Tarifa y Vejer.

Con el Tratado de Ágreda (1304), Fernando IV conseguía que el reino de Aragón, a cambio de incorporar a sus dominios una amplia zona de la actual provincia de Alicante, renunciaba a sus pretensiones sobre los territorios murcianos anteriormente conquistados.

Por otra parte, Alfonso de la Cerda abandonaba para siempre sus derechos al trono castellano-leonés a cambio de un extenso Señorío que comprendía las poblaciones de Alba, Béjar, Valdecorneja, Lemos y el Real de Manzanares (que posteriormente serían base de numerosas casas nobles).

El Infante don Juan, alegando los derechos de su mujer y en contra de don Diego López de haro, reclamó el Señorío de Vizcaya. La disputa entre ambos nobles acabó con una auténtica guerra civil, que finalizó en 1306 con la Tregua de Pancorbo, acordando ambas partes llevar el asunto a las Cortes de Valladolid.

Las Cortes de Valladolid en 1307, actuando Fernando IV como árbitro del litigio, dictaminó que don Diego López de Haro conservaría el Señorío de Vizcaya hasta su muerte, pasando después al Infante don Juan.

En 1308, en las Cortes de Burgos, Fernando IV y el resto de la nobleza castellana decidieron reanudar el proceso de reconquista contra el reino nazarí, aprovechando las discordias entre el emir Muhammad II y el reino marroquí de los benimerines.

En diciembre de 1308, El rey aragonés Jaime II se sumó al proyecto de reconquista, tras una entrevista con Fernando IV en Santa María de Huerta.

El Pacto de la acción conjunta de los dos reinos fue ratificado en Alcalá de Henares en 1309, mediante el cual se reconocía al rey aragonés el derecho de conquista de Almería, mientras que Fernando IV se reservaba la conquista de Algeciras.

Durante el asedio castellano a la plaza de Algeciras, las tropas de Fernando IV lograron hacerse con el control de Gibraltar, tomada gracias a la acción valerosa de Guzmán 'El Bueno', apoyado desde el mar por navíos aragoneses. La conquista de Algeciras fracasó estrepitosamente.

Las negociaciones con Granada desembocaron en la firma de la Paz de Algeciras (1310), mediante la cual el nuevo emir Nasr devolvía al reino de Castilla y León las plazas de Alcaudete, Bedmar y Quesada, a la vez que se comprometía al vasallaje castellano-leonés, obligándose al pago de un tributo anual a la corona y a respetar a los comerciantes castellano-leonés en la zona.

Hispanomusulmanes  Hispanomusulmanes

La firma del Tratado de Algeciras desembocó en una nueva guerra civil en el reino nazarí.

El emir Nasr solicitó ayuda al rey castellano-leonés, quién tuvo que reunir a las Cortes de Valladolid para conseguir dinero que permitiese acudir en socorro del vasallo.

El 9 de septiembre de 1312, cuando Fernando IV se disponía a salir hacía Granada, le sobrevino una trombosis que acabó con su vida.

La muerte de Fernando IV dejó como sucesor a un niño, el futuro Alfonso XI, por lo que tuvo que organizarse de nuevo una regencia encabezada por la reina madre María de Molina.

Según cuenta la leyenda, el sobrenombre del 'Emplazado' se debe a que el monarca castellano-leonés mandó matar a don Pedro y don Juan de Carvajal, despeñados sin formar causa, el vulgo dijo que estos le emplazaron antes de morir, y por esta causa Fernando IV dejó la vida a los treinta días justos de la muerte de los Carvajal para presentarse con ellos ante el tribunal de Dios el nueve de septiembre de 1312.

 

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