La Mezquita Cristo de la Luz, anteriormente Mezquita de Bab al-Mardum, tiene planta prácticamente cuadrada, con alrededor de ocho metros cuadrados, mediante cuatro columnas se distribuye en tres naves paralelas cruzadas por otras tres naves en sentido transversal. De la diez Mezquitas que llegó a tener Toledo, es la mejor conservada, construida en el año 999 en pleno esplendor del Califato de Córdoba. Durante la época musulmana era un pequeño oratorio enlazado a una puerta de acceso a la ciudad (Bab al-Mardum) para visitantes o personas que preparaban la salida de Toledo.
En el siglo XII se añadieron elementos, en especial un ábside siguiendo el estilo del edificio primitivo dando lugar al arte mudéjar, en perfecta combinación y simbiosis.
Tras la conquista de la ciudad, el rey Alfonso VI cedió el edificio a los caballeros de la Orden de San Juan, estableciendo la Ermita de la Santa Cruz.
Con el tiempo se cambió la imagen del Cristo crucificado por una imagen de la Virgen de la Luz, nombre que terminó llevando el templo.
Este valioso edificio milenario, supone un ejemplo único de la pervivencia del arte de Al-Ándalus.
En el patio por el que se accede a la fachada hay un pozo donde se observan las marcas de las sogas que recogían los cubos. Desde aquí un gran mirador muestra el acceso a la Puerta del Sol y a una panorámica de Toledo.